El blandón de culto es un candelero de gran tamaño y altura que se utiliza para sostener un cirio muy grueso, llamado hachón. En los cultos internos de las hermandades (quinarios, triduos o funciones principales de instituto) el número de blandones aumenta y son el complemento perfecto a los candeleros de orfebrería que componen esas auténticas y efímeras cascadas de vela.
Cuando llega la Semana Santa, los blandones, que destacan por tener una gran altura incluso antes de tener la vela, se suelen colocar en las esquinas de los pasos con un doble motivo: por un lado, alumbrar a las sagradas imágenes y, por otro, como soporte del grueso cordón que rodea todo el perímetro de la parihuela con un claro fin disuasorio.
Lo blandones son elementos que forman parte de la imagen diaria de una capilla o parroquia, tienen un estilo basado en el barroco y la pátina dorada es probable que aparezca en un tono mate como testigo mudo de un largo periodo de tiempo.